A partir del siglo XVII comienza a presentarse el fenómeno de la " explosión de la información". A finales del siglo XIX se produce la institucionalización de la actividad documental por condiciones derivadas de este fenómeno. Este fue el momento crucial en el paso de la bibliografía a la documentación.
En esta fecha también la fundación de las asociaciones de bibliotecarios especializados, centros nacionales de documentación, y por último la publicación del Tratado de la Documentación de Otlet permiten que muchos autores consideren que para esta fecha (1934) se había formado la Ciencia de la Documentación.
En 1937 dos acontecimientos: la formación del American Documentation Institud (A.D.I.) y el Congreso Internacional de París, cambiarían el rumbo de la actividad documental a nuevos derroteros.
Creación del Instituto Internacional de Bibliografía
La institucionalización de la actividad documental significó el comienzo de profundas transformaciones en relación con la visión, el tratamiento, y la utilización de los documentos.
En el año 1895, Otlet y La Fontaine presentaron una ponencia planteando la formación de un Repertorio Bibliográfico Universal (R.B.U.) .
Así se funda, en Bruselas, el primer centro de documentación y se institucionaliza la actividad documental. Su principal objetivo: sistematizar la literatura corriente y retrospectiva sin importar idioma, materia o nacionalidad.
La sociedad industrial de la década de los 90 se adentraba en otro momento de su desarrollo. La segunda revolución industrial impulsó con sus innovaciones una particular relación entre ciencia y técnica, junto a ello la industria sufre un vuelco sustantivo. Así como el interés de la industria y de los hombres de ciencia por la información novedosa y útil, provocando un aumento de masa documental. Por tanto: obtener información se convierte en una necesidad no solo de la ciencia y la técnica, sino también de la industria y la economía de ese fin de siglo.
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